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Walter Mosley gana el RBA de novela policiaca con «Traición»
El creador del inspector Easy Rawlins estrena una nueva serie protagonizada por Joe King Oliver
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A Walter Mosley (Los Ángeles, 1952), aventajado pupilo de Raymond Chandler en el que conviven lo mejor de Elmore Leonard y de James Ellroy, se le conoce sobre todo por su serie protagonizada por el inspector Easy Rawlins y por títulos como « El demonio vestido de azul», pero ha sido la creación de un nuevo personaje, el expolicía y también exconvicto Joe Oliver King, lo que le ha permitido llevarse el XII Premio RBA de Novela Policíaca.
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Un galardón dotado con 125.000 euros que, tras reconocer el «Pecado» de Benjamin Black, celebra ahora la «Traición» de Mosley. «He escrito esta novela para mostrar un personaje que hace lo correcto. Es mi manera de decir que podemos mejorar», ha destacado el autor poco antes de recoger el premio en una ceremonia que la editorial barcelonesa ha querido dedicar especialmente al librero Paco Camarasa y al escritor Philip Kerr, ambos fallecidos este mismo año.
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En «Traición», Mosley viaja al Nueva York de las desigualdades sociales y la gentrificación galopante para relatar una infamia a ritmo de jazz y una venganza orquestada para desenmascarar los abusos del sistema. No en vano, Joe Oliver King, policía caído en desgracia tras ser injustamente encarcelado en el penal de Rikers Islands, toma prestado su nombre del profesor de Louis Armstrong.
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Un guiño que, según Mosley, le permite presentar el jazz como la «manera correcta de interpretar los conflictos de la sociedad americana» y, al mismo tiempo, arrojar a su personaje a una situación «desconcertante y oscura». «Era como Armstrong y de repente está en medio de Thelonious Monk», bromea un autor para el que, al final, todo se resumen en la imposibilidad de conseguir justicia. «La justicia no encaja en nuestra sistema económico y político» , subraya Mosley.
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Lo que sí parece encajar, muy a su pesar, son ese abuso y ese racismo que alimentan parte de las páginas de «Traición» y que, según Mosley, se han acabado por convertir en algo estructural. «El racismo siempre ha estado ahí; lo que pasa ahora es que se ha dado voz a cosas que la gente daba por descontadas», señala en relación a las polémicas raciales que se han avivado con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. «No me gusta Trump, pero no es más que el dedo que se hunde en la llaga», destaca.