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«En el ‘mystic noir’ no sacas un conejo de la chistera para explicar un crimen»

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La escritora Dolores Redondo presenta esta tarde en el Aula de EL CORREO ‘Las que no duermen. Nash’, su última novela

 

Gerardo Elorriaga

Jueves, 19 de diciembre 2024

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.La escritora Dolores Redondo no sólo goza de un éxito masivo con sus tramas, sino que ha creado el ‘mystic noir’, nuevo subgénero dentro del ‘thriller’.

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«Es una mezcla de novela negra y mística, que es algo distinto de magia», apunta, y advierte: «No se puede sacar un conejo de la chistera para explicar un crimen. La explicación ha de tener cabida en una investigación real». La autora hablará de ‘Las que no duermen. Nash’, su último trabajo, en el Aula de EL CORREO, hoy a las 19.00 horas en Bidebarrieta. El acto, organizado con la editorial Destino, cuenta con la colaboración de BBK.

La charla

  • Ponentes La escritora Dolores Redondo, y César Coca, director del Aula de Cultura de EL CORREO.

  • Dónde Hoy a las 19.00, en la Biblioteca de Bidebarrieta.

  • Con la colaboración Fundación BBK.

Aclara Redondo que el componente místico se introduce en la criminología por la influencia de la fe en la comisión de delitos vinculados con sectas o prácticas de brujería. Se vale de una calculada ambigüedad entre lo fantástico y lo real en sus narraciones sin apartarse de una interpretación veraz:

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«Hay muchas maneras de abordar un misterio y la mágica podría ser admisible, muchos lectores apuestan por la resolución paranormal, pero en este género hay que medir y pesar, llevar la explicación a un papel y presentarla ante el juez. Me gusta jugar con esa dualidad».

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La obra que presenta en la capital vizcaína se adentra en la tetralogía ‘Los Valles Tranquilos’ y, además de nuevos enigmas, presenta otra manera de contar. «Antes era lineal y ahora resulta más laberíntica y espero que más amena».

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Señala que, aunque no parece que haya conexiones con ‘Esperando el diluvio’, su antecesora, existen relaciones. «Nash, la investigadora, es hija de la doctora Elizondo, personaje secundario de la primera entrega».

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Amaia Salazar, la policía foral que ha protagonizado los títulos más famosos de Redondo, deja paso a una nueva figura. «¿Hay que seguir porque funciona y se ha imitado?», se pregunta, y niega tal servidumbre. «La idea principal que subyace en la novela es que existe otra forma de afrontar las pesquisas, generalmente en manos de un policía, un detective o un abogado.

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Aquí nos encontramos ante una psicóloga forense que se acerca al problema desde el lugar opuesto al habitual. Generalmente, la víctima se halla en un segundo plano y aquí ella intenta acercarse a la muerta, comprender su mundo. Además, no exige declaraciones a los sospechosos, sino que intenta establecer vínculos para obtener información».

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El matriarcado, seña de identidad de la autora, resulta omnipresente. «Se trata de una novela coral femenina», admite, y reconoce que constituye un asunto central en su trayectoria. «Sucede en el norte de Navarra y también en mi vida porque nací y crecí en la costa, en Pasaia, donde todos los hombres trabajaban en el mar y las mujeres, con maridos, padres o hermanos ausentes, formaban clanes poderosos que forjaban el carácter».

Naturaleza poderosa

Con ‘Las que no duermen. Nash’, vuelve al Baztán, la comarca donde se ubican algunas de sus narraciones más exitosas.

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«Lo tiene todo. Presenta una naturaleza poderosísima, belleza pura y, por su configuración, cierta predilección por lo mitológico. En Zugarramurdi se celebraron aquelarres y hay actas que reconocen actos de brujería obtenidos con coacción y tortura».

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Las novelas de Redondo se basan en hechos reales sucedidos en ese entorno, desde el sacrificio ceremonial de un bebé en la localidad de Lesaka a la aparición de una adolescente en una sima y, en un estrato inferior, de una familia formada por una madre y sus seis hijos abatidos durante la Guerra Civil. «Me parece el lugar perfecto por la concentración de historia, tanto antigua como contemporánea».

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El último de sus casos comienza en febrero de 2020 y avanza a lo largo de marzo. «Los personajes no saben lo que va a pasar, que el día 14 se producirá el confinamiento, y viven bajo ese péndulo». Añade que esta circunstancia suma una intriga añadida; saber si la psicóloga podrá finalizar su informe antes de que la reclusión se haga oficial. «No es policía, carece de prerrogativas, y el tiempo se le echa encima».

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La obra incluye una alusión metaliteraria; los personajes manifiestan consciencia de la existencia de Redondo y la redacción de los hechos que suceden. «Es un divertido juego y lo hice también por mi experiencia en Elizondo, a donde acude gente buscando huellas de los sucesos contados y a la que me he encontrado en la calle. Incluso me preguntan por mí como si fuera una tercera persona».

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